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Syntex, un ejemplo a seguir (segunda parte)

El descubrimiento de la cortisona hizo famosa a la empresa Syntex. Unos meses más tarde, Upjohn inventó un proceso de un sólo paso para fabricar un compuesto eficaz y a la vez más sencillo, llamado hidrocortisona. Pero el proceso se basaba en toneladas de progesterona, cantidad que solamente podía obtenerse mediante el proceso patentado por Syntex. El descubrimiento de Syntex se tradujo en un ingreso inmediato de 5 millones de dólares para esta empresa.
Estos largos meses de trabajo también prepararon al equipo Syntex para el descubrimiento de la píldora anticonceptiva. La progesterona, la testosterona, la estrona, el estradiol y la cortisona eran todos parientes cercanos de un compuesto que muy pronto se iba a sintetizar, llamado noretindrona. En octubre de 1951, Luis Miramontes, estudiante universitario que trabajaba bajo la dirección de Rosenkranz y de su colega investigador, el Dr. Carl Djerassi, sintetizó la noretindrona, el ingrediente activo para lo que iba a convertirse en el anticonceptivo oral. En noviembre de ese mismo año, Syntex obtuvo la patente para la noretindrona. No obstante, iban a hacer falta nueve años más de experimentación y de pruebas clínicas con pacientes, para que una píldora aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos se pusiera a la venta, y no fue precisamente la misma que produjo Syntex.

Durante ese período, recuerda Rosenkranz, la religión y la política, y no la ciencia, guiaban las decisiones científicas. "Viajé por Europa y el resto del mundo ofreciendo el método anticonceptivo, pero nadie lo quería", narra Rosenkranz. Debido a que Syntex no contaba con los recursos para comercializar el producto a nivel internacional, le ofreció a la empresa Parke-Davis suministrarle la noretindrona a granel. Pero, en el año 1956 si una empresa decidía fabricar un anticonceptivo oral se arriesgaba a un boicott de toda su línea de productos, que organizarían los oponentes del control de la natalidad por razones religiosas.

Entretanto, la empresa G.D. Searle and Company logró producir un compuesto muy parecido a la noretindrona, patentó su descubrimiento y lo lanzó al mercado, en 1960. En fin de cuentas, no importaba qué empresa había llegado primero. Unos años más tarde, Syntex logró captar la mayor parte del mercado mediante convenios de licencia para la noretindrona con los laboratorios Ortho, Eli Lilly, y con Parke-Davis, que una vez más se mostró interesada. Syntex también lanzó al mercado su propio anticonceptivo oral.

Pero la píldora no iba a ser ni el primero ni el último de los logros de Rosenkranz en la empresa Syntex. Su equipo de científicos suscitó el interés de un inversionista de Wall Street, Charles Allen quien, con su hermano, compró a Syntex Corp., en 1956. Esta empresa, que era la casa matriz de las filiales de Syntex en México y los Estados Unidos, ingresó en 1958 a la Bolsa de Valores con dos millones de acciones, de las cuales 1,2 millones se emitieron de inmediato. Rosenkranz, quien desde un año antes era presidente y director ejecutivo, siguió ocupando ese cargo.

En 1964, Rosenkranz decidió trasladar Syntex a California, para estar más cerca de sus clientes principales. Mientras se efectuaba una ampliación, las acciones de Syntex experimentaron una de las principales alzas del decenio en la Bolsa de Valores. Después del anuncio de una división de tres por una el 31 de julio de 1963, las acciones de Syntex subieron vertiginosamente. Las acciones que se habían vendido por 5,75 dólares a comienzos del año, subieron a 227,50 dólares en octubre. El 1º de noviembre, la acción de Syntex subió a 21 dólares, el aumento más notable ocurrido en un solo día de ese año, en cualquiera de las principales bolsas de valores.

Para esta fecha, Syntex ya había participado en la mayoría de los logros de la investigación sobre esteroides; sin embargo, Rosenkranz se dio cuenta de que si la empresa quería seguir prosperando, tenía que extenderse hacia otras esferas. Un grupo de investigadores empezó a estudiar las posibilidades de obtener un medicamento antiinflamatorio no esteroide para el tratamiento de la artritis reumatoide y la osteoartritis. El resultado de esta investigación fue un nuevo medicamento sumamente exitoso, Naprosyn. Poco tiempo después se aprobó éste para el tratamiento de una amplia gama de enfermedades, entre ellas la osteoartritis, la bursitis, varias lesiones de los tejidos blandos y la artritis juvenil. Cinco años más tarde, se lanzó al mercado de los Estados Unidos el naproxeno sódico con el nombre de Anaprox. En 1983, estos dos medicamentos eran los antiinflamatorios no esteroides más vendidos en todo el mundo. Ambos productos ayudaron a que, en 1987, las ventas anuales de Syntex alcanzaran la cifra de mil millones de dólares. Algunos años más tarde, la producción y la comercialización de Aleve, un analgésico para la artritis, los dolores musculares y la dismenorrea, culminaron la transformación de Syntex en una importante empresa farmacéutica. En 1994, el gigante farmacéutico, Roche Holding Ltd. de Suiza, compró a Syntex Corp. En un lapso relativamente corto, y en gran medida debido a la visión de Rosenkranz, una inversión de 100.000 dólares en una pequeña empresa química de Ciudad de México se transformó en un gigante de la industria farmacéutica internacional, cuyo valor llegó a ser de 5,3 mil millones de dólares. Desde todo punto de vista, Rosenkranz no sólo hizo realidad su sueño de crear la Dupont de México, sino que al mismo tiempo contribuyó a la curación de innumerables personas. Fuente: Organizacion Panamericana de la Salud.

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